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Clubz presenta Radio Kono: una evolución constante en su propuesta estética

Viajando entre el synthpop, el sophistipop y el nu-disco, esta obra evoca sensaciones de nostalgia y anhelo en casa rincón de sus canciones, sin perder nunca la sensibilidad de las líneas de bajo que nos hacen bailar.
May 5, 2025
By
Manuel el Turco

Tras una prolongada espera de siete años desde su segundo álbum Destellos, el dúo regio Clubz — compuesto por Coco Santos y Orlando Fernández— regresa con Radio Kono.

Un proyecto que reafirma su capacidad de producción y su talento para retratar lo cotidiano desde un plano atemporal. Desde su debut con Texturas y Épocas, han demostrado una identidad clara y una evolución constante en su propuesta estética.

Clubz fue formado en el 2013 por Coco y Orlando.

Radio Kono es similar a sus antepasados en términos sonoros, presentándose como un viaje musical que mezcla la nostalgia del disco y el pop de los años dorados con una sensibilidad moderna, recurriendo a sus característicos sintetizadores. Viajando entre el synthpop, el sophistipop y el nu-disco, esta obra evoca sensaciones de nostalgia y anhelo en casa rincón de sus canciones, sin perder nunca la sensibilidad de las líneas de bajo que nos hacen bailar, algo que también ha alimentado a su propuesta musical desde su incursión en la escena musical. Cada tema está cuidadosamente trabajado, logrando una obra que puede escucharse de principio a fin o de manera aislada sin perder coherencia, existiendo siempre un hilo conductor sonoro, y no tanto contextual.

El disco abre con “Número Uno” y “Splendido”, canciones que van activando el cuerpo lentamente y despiertan el baile. Le siguen piezas como “Siesta Americana”, que juega con estribillos pegajosos y una atmósfera melancólica, y “Cinema Terror”, con ritmos envolventes, siendo estos dos temas quizás mis favoritos dentro del proyecto, los cuales derivan en “Último Vals”, un cierre romántico y orquestado. En “Caribe Cooler”, otro de mis temas favoritos, encontramos uno de los cortes que más invitan a bailar con ese ritmo de los sintetizadores con claras influencias en ritmos caribeños como el reggae por su cadencia y tonalidad, siendo otro stand out del proyecto.

A lo largo del proyecto, encontramos colaboraciones con Little Jesus, Isla de Caras y Solo Fernández, aportando su granito de arena en esta propuesta, expandiendo las posibilidades sonoras sin desdibujar la esencia de Clubz y demostrando que la sinergia entre artistas puede ser sutil, refinada y propositiva.

A lo largo de su trayectoria, el grupo ha mostrado una gran sensibilidad para elaborar arreglos detallados y prodigiosos en términos de producción, logrando una estética única que solo puede ser asociada a ellos, y este es quizás su mayor fortaleza. Su música, que se expande por el cuerpo al escucharse, combina sonidos del pasado con un presente que busca permanencia, atemporalidad. La producción de este álbum es meticulosa y planeada, y esto se ve reflejado a lo largo de cada parte del proyecto. Este álbum se siente como la tesis del proyecto llamado Clubz, un compendio de todo lo aprendido, en donde logran establecer todas sus fortalezas de producción profusa, sin caer en el exceso, priorizando el protagonismo del sonido del sintetizador, las líneas de bajo, las guitarras rítmicas y melodías de voz que invitan a bailar, a soñar despiertos, a imaginar un futuro que dialoga con el pasado, dejando que se vayan entrelazando entre sí para crear texturas, capas sonoras que se descubren con cada escucha, que hacen que esta obra se sienta mucho más sobria, madura y decididamente elegante.

-El Turco